Capítulo 41.

Capítulo 41.

Sumidos en el silencio, Calen siguió alimentándome. Por dos veces le dije que parara, que no era necesario, que yo sola podía hacerlo, que ya no estaba Derek en la habitación y no necesitaba demostrar su dominio frente a nadie, ¡pero él estaba sordo o se lo hacía! Hasta que, al fin, consiguió que explotara.

—De verdad, Calen, no hace falta que me des de comer —le dije por tercera vez y con un ligero tono de enfado en mi voz.

Me miró de reojo mientras me tendía la cuchara de nuevo, como si no hubiera escuchado una sola palabra de lo que acababa de decir. Desde que Derek se marchó, no había motivo alguno para que él siguiera aquí, mucho menos para que insistiera en darme la sopa como si fuera una niña de cinco años. Pero nada parecía detenerle.

Suspiré y acepté los cubiertos solo para que dejara de insistir. Lo que no esperaba era que, acto seguido, se pusiera a ordenar la habitación como si fuera suya. Dobló una manta con precisión, colocó un cojín en el sillón y empe
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