La atmósfera en la sala era tensa. Luis Fernando observaba a Laura con una expresión de confusión, sin entender del todo lo que estaba sucediendo.
—Laura, estoy esperando que me expliques por qué le estás dando dinero a mi madre ¿y por qué yo no estaba enterado de eso? —dijo con desasosiego.
Greta, con los ojos abiertos, temía que Laura revelara la verdad a Luis Fernando. Mientras tanto, Pablo se llevó las manos a la cabeza, sintiendo que todo estaba perdido; temía que Luis Fernando al descubrir la verdad lo echara de la mansión.
“Si la perfumada decide hablar, tendré que regresar al pueblo a seguir comiendo frijoles, pero si eso llegara a pasar, no me voy solo, te llevo conmigo Greta”, pensó, sudando frío.
Laura disfrutaba de la tensión en el ambiente, sabiendo que ambos estaban sufriendo imaginando en que estaban a un paso de que se supiera toda la verdad. Decidió romper el silencio, ya que tenía planes de hacerle pagar a Greta por los malos momentos que le había hecho pasar