Monserrat sacó el documento del sobre con manos temblorosas. A pesar de no creer del todo en Mónica, un nerviosismo creciente la invadía. “¿Y si esto cambia todo lo que pienso de mi padre?” se preguntaba. Las manos le temblaban, sintiendo cómo el papel sonaba entre sus dedos. Con la voz entrecortada, comenzó a leerlo en voz alta, mientras Guillermo se sentaba a su lado, escuchando con atención cada palabra que salía de sus labios.
—“DOCUMENTO DE RENUNCIA DE DERECHOS PATERNALES” —leyó al comienzo del documento, y su corazón se aceleró al reconocer la seriedad de lo que estaba a punto de descubrir.
“Yo, Mónica Gutiérrez, declaro que he decidido renunciar a todos los derechos sobre mi hija, Monserrat Gutiérrez. A partir de este momento, entrego a mi hija en adopción a los ciudadanos Juan Pasquel y Marielena Pasquel, quienes a partir de este día se convertirán en sus nuevos padres, cumpliendo la promesa de que siempre velarán por su salud y bienestar.
Yo asumo que esta decisión es defini