Aquellas palabras de Laura causaron una gran impresión en Grecia, quien la miraba con una mezcla de incredulidad y preocupación, sin saber qué hacer. La confusión y el miedo se apoderaban de ella, sentía como una sombra que le nublaba la capacidad de poder entender, qué hacía allí en ese lugar en vez de estar en casa con sus hijos. Por un momento, pensó que todo se trataba de un colapso de locura por parte de Laura, que tal vez había perdido el contacto con la realidad y estaba inventando algo que nunca había sucedido, una historia que solo existía en su imaginación. La idea de que Laura pudiera estar creando un relato tan impactante le resultaba difícil de asimilar. ¿Cómo podía alguien llegar a confundir la realidad de esa manera? Grecia sintió que su corazón latía con fuerza mientras intentaba procesar la situación, preguntándose si debía confrontar a Laura o simplemente alejarse de aquella escena tan perturbadora.
“Dios mío, Laura está delirando. Tiene razón Luis Fernando, defini