Luis Fernando llegó al hospital junto a Burgos, su corazón latía con fuerza mientras se acercaban al departamento de admisión de pacientes. Sabía que debía ver a Valentina, la pequeña que había estado en sus pensamientos desde que se enteró de su existencia. Se dirigió a la trabajadora social, quien estaba encargada a partir de ese momento del caso.

—Quisiera ver a Valentina, por favor —solicitó con voz firme, pero cargada de emoción.

La trabajadora social lo miró con una expresión neutral, pero Burgos, consciente de la urgencia de la situación, intervino.

—Gracias a la intervención de Luis Fernando y su disposición a cubrir todos los gastos médicos, creo que podría hacer una excepción —dijo Burgos, con una mirada persuasiva.

La visitadora social dudó un momento, pero finalmente asintió.

—Está bien, solo por esta vez. Pero no se olvide que esto es una excepción —respondió, guiándolos hacia la habitación.

Cuando entraron, Luis Fernando sintió un nudo en la garganta al ver a Valentina.