Joaquín deambuló por la habitación.
—¡Yo no maté a tu padre! No hice eso.
—¡No mientas! M*****a sea, sé que lo hiciste, ¿Por qué mantuviste a mi hermana encerrada todo el embarazo? Solo para que no supiera la realidad.
—¿Y por qué no fuiste a buscarla? ¿Por qué no te enfrentaste a mí?
—Porque pensé que me odiaba por ser un hijo bastardo, ella no me conocía. Joaquín, sé que tú mataste a nuestra familia, no vas a cambiar mi opinión de ti.
—Voy a demostrarle a Diana que yo no lo hice.
—Ah, ¿sì? ¿Y cuándo le confesarás la verdad? Estás aprovechándote de su amnesia para tenerla a tu lado de nuevo, no creas que no puedo ver a través de ti —dijo Rodolfo.
—¡Y eso seguirá así! Porque si le dices algo, si te atreves, Diana no volverá a ver a sus hijos, ¿quieres eso?
Rodolfo se sintió desarmado, le mirò con desprecio.
—¡Eres un desgraciado!
—¡Voy a demostrar mi inocencia, Rodolfo Larson! Te voy a demostrar que no soy un asesino, pero, no te atrevas a volver a alejar a Diana de mi lado, porque el