—¡María! —exclamó Marta, dando un paso hacia atrás y recogiendo la toalla del piso para cubrir su desnudez.
La mujer con las mejillas encendidas por el pudor, retrocedió y volteó el rostro hacia el pasillo. Sin embargo, su expresión cambio, al ver que Mercedes se acercaba.
—Viene Mercedes. —susurró.
Marcos titubeó antes de actuar. Sin saber si debía permanecer allí, o esconderse. Optó por lo segundo. Tuvo que ocultarse huyendo hacia el baño, mientras Marta intentaba recomponerse del sofoco que le provocaron sus caricias.
—Entra y cierra la puerta rápido —Le ordenó a su empleada en voz baja.
María obedeció y de inmediato cerró la puerta.
Los golpes fueron firmes y precisos en la puerta anterior. Mercedes buscaba a su patrón para informarle que serviría la mesa en unos minutos. Al no obtener respuestas, abrió lentamente la puerta encontrando sola a Laura.
—¿Dónde se habrá metido? —murmuró mientras cerraba la puerta con cautela y sin hacer ruido.
Dirigió la vista a la habitación s