Marta y Laura se abrazaron, luego de aquel emotivo momento.
—Estoy tan feliz de saber que mi bebé, me reconoce. —Suspiró profundo.
—Sí, así es. Debe saber que tendrá la madre más increíble del mundo.
Los ojos de Laura se llenaron de lágrimas al oír a su mejor amiga, referirse a ella, de esa manera tan especial.
—Gracias Marta. Todo esto te lo debo a ti. —dijo y volvió a abrazarla.
—Sabes que haría lo que fuera para que estés bien —murmuró mientras apoyaba su mentón en el hombro de su amiga.
La rubia suspiró con pesar. Ver a Laura tan feliz en ese instante, provocó nuevamente en ella, las dudas y los remordimientos.
—Creo que me iré a casa, estoy un poco cansada.
—Bien, yo haré lo mismo. —dijo tras un corto bostezo.— Te acompaño.
—Sí.
Marta fue con su amiga hasta la entrada principal. Se despidió de su amiga y regresó a su habitación.
Laura subió a su coche, llena de felicidad. Un sentimiento de ternura se instaló en su pecho, borrando de ella toda sus tristezas y preocupaci