HACE DOS SEMANAS
La sede de Torres Global estaba más activa que nunca. Sofía revisaba los informes financieros mientras Adrián permanecía a su lado, señalando posibles movimientos estratégicos. Cada gesto, cada mirada, era un delicado equilibrio entre profesionalismo y tensión contenida.
—Si reestructuramos este proyecto, podemos adelantarnos a la competencia —explicó Adrián, señalando en la pantalla los puntos críticos.
Sofía asintió, pero no perdió detalle de su cercanía, de cómo sus manos a veces rozaban las de él mientras señalaba cifras o documentos. La chispa que compartían en privado era ahora un elemento silencioso en la oficina, imposible de ignorar.
—De acuerdo —dijo finalmente—, haremos la reestructuración, pero necesito que cada paso sea medido. No podemos permitir errores.
—Lo sé —contestó Adrián, con la voz baja—. Y sabes que confío en vos.
Mientras trabajaban juntos, en las sombras del edificio, Bianca observaba desde su oficina. Cada gesto de Adrián hacia Sofía era un