Capítulo 61
El eco de los tacones de Isabela resonaba como un recordatorio constante de la tormenta que estaba por desatar. Sus pasos siempre iban acompañados de veneno, y esa vez no era distinto a otras veces. Después de la humillación que había sufrido en el hospital, el odio que sentía la devoraba por completo. Había perdido el control frente a Thiago y Sofía, ya que la rabia le supuraba por cada poro.
En su departamento, esta arrojó con furia la copa de vino que tenía entre sus manos contra la pared. El cristal estalló en mil pedazos, como su cordura, pero a ella pareció no importarle. En su lugar sentía la ira cada vez más fuerte en su interior.
— ¿Así que crees que vas a ganarme, Sofía? — murmuró frente al espejo, observando sus ojos inyectados de furia— ¿Piensas que con tu carita de santa y tu paciencia infinita vas a arrebatarme lo que es mío? No, querida. Apenas comienza el juego y este lo gano yo.
Isabela tomó su teléfono en un impulso, y en cuestión de segundos ya estaba ha