Capítulo 25
El sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas de su habitación cuando Sofía abrió los ojos. Había dormido mal, inquieta y con un nudo en el estómago que no desaparecía desde la noche anterior. Aún podía sentir la presión de aquellos brazos rodeándola y la voz de Thiago retumbando en su mente, como si se hubiese quedado grabada en lo más profundo de su piel.
Con cuidado se levantó de la cama sin hacer ruido para no despertar a los niños. April y Eros dormían plácidamente entre sus sábanas, uno abrazado a una almohada y la otra con sus rizos desordenados y una pierna colgando de la cama. Sofía los miró por un instante más largo de lo necesario, como si quisiera memorizar esa escena, como si necesitara recordarse por qué debía seguir firme en su decisión.
Luego, entre suspiros, fue a la cocina y comenzó con su rutina diaria. Puso a calentar la leche, cortó algunas frutas y preparó los cereales favoritos de cada uno. El aroma del café recién hecho llenó el ambiente com