Capítulo 26. Huyendo
Esa noche no pude dormir; el remordimiento me estaba matando. Me sentí tan miserable y sucia, pero al mismo tiempo no podía borrar la sensación de sus besos y caricias.
Me odié por sentir eso por mi jefe; no es que me deslumbre con cada hombre guapo que conozco, no, esto jamás me había pasado y ni yo comprendo qué me pasa.
En parte por mi remordimiento, le escribí a Hugo mensajes, que ni siquiera ha visto y esa situación también me está matando; no creo que ver mis mensajes le quite demasiado tiempo; hasta cuando vas al baño puedes aprovechar para siquiera mandar un saludo, pero nada.
Estoy alistándome para irme a trabajar y, sinceramente, no tengo ganas de ir; no sé con qué cara veré a mi jefe, ni qué le diré; procuraré llegar tarde. Le mandé mensaje a Victoria, para que también vaya y no estar sola con él.
Llego diez minutos tarde; al llegar, le pregunto a Claudia si ya llegó el doctor y me dice que ya me está esperando y que Victoria ya estaba igual ahí; eso me relajó un poco. Sent