La verdad, estaba con varios sentimientos encontrados; claro, no sé nada de su vida personal, pero yo pensaba que era soltero y no sé, sus miradas me daban a entender otra cosa, ¡pero carajo! yo no puedo pensar en esas cosas, tengo novio y lo amo, pero sí me siento como desilusionada y más de ver con quién se estaba besando; claro, era de suponerse, ella es el tipo de mujer que le queda, es hermosa, elegante, inteligente, con porte y poder, es claro que es la ideal para él.

Como siempre estoy perdida en mis pensamientos, no me doy cuenta en qué momento salió mi jefe, hasta que lo veo entrar con las pizzas en las manos y mi estómago lo agradece, ya que es tan inoportuno que ya empezaba a hacer ruidos de hambre.

—Listo, señorita, pare un momento y venga a comer. —Lo dice muy serio; la verdad, desde que lo caché en acción, ha estado todo serio.

—Muchas gracias, la verdad es que, si ya era justo, muero de hambre.

—Sí, ya lo noté, su estómago siempre se anuncia. —Dice eso y sonríe; vaya, y