Capítulo 12. Cachando al jefe
Estamos muy concentrados en analizar cada caso; llevamos ya un par de horas y no llevamos ni la cuarta parte y digo, es obvio, si esta mujer dice que le tomó semanas seleccionar, no creo que en una tarde terminemos o por lo menos espero que mi jefe no lo quiera así; mis dos días de actividad física con mi novio me tienen agotada y siento que en cualquier momento me quedaré dormida.
—Veo que sí hubo actividad anoche, ¿no es así? Agradezco por la imagen de la clínica; claro está que nuestra supervisora hoy no traiga marcas, pero ahora me preocupa su rendimiento, está cabeceando, ¿quiere irse a descansar? —Al decirme esto, yo de inmediato me pongo roja por la vergüenza y acomodo mi postura.
—No, claro que no, aún nos falta mucho y quisiera adelantar lo más que se pueda; tenemos el tiempo encima. —Si él fuera otra persona, sí le hubiera tomado la palabra, pero no puedo volverle a confirmar mis noches de pasión; eso me causa cierta incomodidad, no sé, que él lo sepa, me hace pensar que él