Início / Fantasía / El omega y su alfa sanguinario / Capítulo 9 – La Sombra del Deseo
Capítulo 9 – La Sombra del Deseo

Alina

El sol apenas ha salido cuando me despierto, el corazón pesado. La noche ha sido agitada, y a pesar del calor de la cama, el frío se ha infiltrado en mí, dejándome una impresión de vacío. Damon no está aquí. Una vez más.

Paso una mano por mi cabello desordenado y me incorporo lentamente. La manta se desliza sobre mi piel desnuda, y un escalofrío me recorre. Mi cuerpo aún lleva la marca invisible de su presencia: el calor de sus manos sobre mi piel, la presión de su aliento contra mi cuello, el profundo rugido de su lobo resonando en mi pecho.

Me levanto, vistiéndome con un fino albornoz de seda, y me acerco a la ventana. El jardín de la mansión está sumido en una ligera niebla, el sol luchando por atravesar el velo gris. El aire es frío, mordaz.

Mi mirada se posa en Damon, afuera. Con el torso desnudo, en pantalones de combate negros, está entrenando en el patio. Sus músculos se mueven bajo su piel mientras golpea un saco de arena colgado de una viga. Su respiración es regular, pero siento su ira subyacente en cada golpe.

Bajo las escaleras y salgo descalza sobre la hierba húmeda. Damon no se detiene al verme acercar. Simplemente sigue golpeando, su mirada fija en el saco.

— Damon.

No responde.

Me acerco, colocando una mano sobre su brazo. Su piel está ardiendo bajo mis dedos. Se detiene un instante antes de retroceder.

— Entra, Alina.

— No.

Se detiene, su mirada oscura posándose en mí.

— No es una solicitud.

Avanzo un paso, desafiando su mirada sombría.

— ¿Qué te pasa?

— ¿Realmente quieres saber? gruñe.

Se acerca a mí, su cuerpo masivo dominando el mío. Mi respiración se detiene cuando siento la tensión cruda que emana de él.

— Estoy perdiendo el control, Alina. Su voz es áspera, casi dolorosa. Por tu culpa.

Mi corazón late con fuerza en mi pecho.

— ¿Por qué? susurro.

Desliza una mano detrás de mi nuca, su pulgar trazando una línea lenta a lo largo de mi garganta.

— Porque te quiero.

Un escalofrío me recorre.

— Entonces tómame.

Su mirada se enciende, una luz dorada brillando en sus pupilas.

— No es tan simple.

Me suelta el cuello bruscamente y retrocede, los puños apretados.

— Soy un monstruo, Alina.

— No. Sacudo la cabeza. Puede que seas un alfa, pero no eres un monstruo.

— No sabes nada.

Me da la espalda, su respiración entrecortada.

— Nací en la sangre. En la violencia. Mi padre no era un alfa. Era un tirano. Me moldeó para ser como él. Frío. Despiadado. ¿Y quieres que te tome? Si lo hago... te romperé.

Me acerco y coloco una mano en su espalda tensa.

— No soy tan frágil como crees.

Se vuelve, su mirada salvaje atrapando la mía.

— No. Pero no puedo arriesgarme a perderte.

Deslizo mis manos sobre su pecho, sintiendo la tensión bajo su piel.

— Damon...

Gruñe, su lobo al borde.

— No entiendes. Si cedo... si te marco... no habrá vuelta atrás. Te convertirás en mía. Cuerpo y alma. Y nunca podré dejarte ir.

— Quizás no quiero irme.

Un rugido surge en su garganta. En un segundo, me agarra por la cintura y me empuja contra un árbol.

— No entiendes, Alina. Su mano se desliza por mi cadera, apretando ligeramente. Si te tomo... querré poseerte. Querré que todo el mundo sepa que eres mía. Querré que nadie más te mire.

— Entonces hazlo.

Su mandíbula se tensa.

— No sabes lo que pides.

— Sí.

Me mira, sus ojos dorados brillando con un brillo depredador.

— Me estás provocando, Alina.

Sonrío, mis dedos trazando una línea lenta sobre su pecho.

— Quizás.

Gruñe, su respiración acelerándose.

— Juegas con fuego.

Me pongo de puntillas, rozando sus labios.

— Entonces quémame.

Un rugido animal escapa de su garganta. Aplasta sus labios contra los míos, un beso brutal, posesivo. Sus manos se deslizan en mi cabello, tirando de mi cabeza hacia atrás para profundizar el beso.

Me pierdo en él, en el sabor de su boca, en el calor bruto de su cuerpo contra el mío.

Se aleja bruscamente, la respiración entrecortada.

— Alina...

Lo miro, el corazón latiendo con fuerza.

— No me dejes, Damon.

Me empuja contra el árbol, su frente contra la mía.

— Nunca te dejaré.

Sus labios rozan mi mandíbula, descendiendo a lo largo de mi garganta.

— Te marcaré.

Mi corazón se detiene un latido.

— ¿Cuándo?

Se detiene, su mirada oscureciéndose.

— Pronto.

Muerdo mi labio, incapaz de calmar el temblor en mis piernas.

— Entonces espera. Pero no me dejes sola.

Me levanta, sus brazos fuertes rodeándome.

— Te protegeré, Alina. Hasta mi último aliento.

Cierro los ojos, dejándome llevar contra él. Por primera vez en mucho tiempo, me siento segura.

Pero en el fondo de mí, sé que esta paz será de corta duración. Si Damon me ha salvado hasta aquí, quizás no pueda protegerme de lo que se avecina.

Y siento que lo peor aún está por venir.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App