Damon
El bosque es silencioso, demasiado silencioso. Alina camina a mi lado, su respiración medida, su mirada oscura fija en el sendero frente a nosotros. Una tensión eléctrica flota en el aire, como si el mundo contuviera el aliento a la espera de lo que va a suceder.
Siento la presencia de Lucien, cerca de algún lugar. Su magia flota en el aire, un susurro negro que rasga mis sentidos. Mi instinto grita ante la amenaza.
— Él está aquí, murmuro.
— Yo también lo siento, responde Alina.
Su mano roza la mía. Me tenso bajo este contacto, mis colmillos amenazando con perforar mi labio inferior. La ira y el deseo rugen en mí en una mezcla ardiente, un cóctel explosivo que solo la presencia de Alina parece poder contener.
Avanzamos en silencio. Las hojas crujen bajo nuestros pies. La oscuridad es densa, las sombras se mueven.
Un gruñido sordo se eleva en mi garganta.
— Nos está esperando, murmuro.
Alina asiente, sus ojos brillando con un resplandor dorado. Su pantera está cerca de la superf