Damon

El día comienza a despuntar cuando abro los ojos. La luz del alba filtra a través de las cortinas, acariciando suavemente la piel desnuda de Alina, que duerme a mi lado. Su respiración es tranquila, su rostro relajado. Un mechón de su cabello rubio cae sobre su frente. Acaricio ese mechón con la punta de los dedos, una sonrisa naciendo en mis labios.

Es hermosa. Tan frágil en apariencia, pero más fuerte que cualquier persona que haya conocido.

Me incorporo suavemente sin despertarla y salgo de la cama. Mi cuerpo protesta ligeramente — las heridas de ayer no están completamente curadas — pero la regeneración de un Alpha es rápida. Me dirijo hacia la ventana, mis ojos escrutando el horizonte boscoso. El viento lleva el olor húmedo del bosque, pero también una fragancia más oscura, más pesada.

El peligro no ha pasado. Caleb sigue ahí, en alguna parte. Está esperando su momento.

— ¿Estás preocupado?

Me doy la vuelta. Alina está sentada en la cama, la sábana deslizándose por sus homb