El fin de semana llegó, y con él, la invitación de Samantha para José Manuel. Después de una semana agotadora de trabajo, en la que José Manuel había estado completamente inmerso en el desarrollo del proyecto, Samantha vio la oportunidad perfecta para reconectar con él. Sabía que su pareja estaba bajo mucha presión, y aunque entendía la importancia del proyecto, también anhelaba un momento de tranquilidad y complicidad entre los dos.
—Cariño, pensé que podríamos pasar el día juntos. ¿Qué te parece si vamos a pescar? Hay un lago hermoso no muy lejos de aquí —propuso ella con una sonrisa dulce, acariciándole el brazo mientras lo miraba con ojos llenos de esperanza.
José Manuel, sentado en el sofá con su laptop aún abierta sobre sus piernas, levantó la vista y la miró. Estaba agotado, tanto física como mentalmente, pero al ver la ilusión en el rostro de Samantha, sintió que no podía negarse. Llevaba muchos días siendo indiferente con ella. Además, sabía que llevaba días descuidando su vi