Amanda sintió que algo dentro de ella se rompía.
Porque claro.
Él era su jefe directo.
Él debió haber dado la cara primero.
Él debió haber dicho “basta”.
Pero no lo hizo.
Y ver a Ethan defenderla… ver a Daniel minimizarla…
La confundía aún más.
Pero también le enfurecía de una manera que apenas podía contener.
Si no tuviera a Ethan a su lado hablando por ella, tal vez hubiese estrellado su puño en la cara.
“Cálmate, Amanda.”
Ethan apretó la mandíbula.
—La están señalando como si fuera una oportunista. ¿Y sabes por qué? —preguntó dando un paso más, obligando a Daniel a enfrentarlo—. Porque tú la llevaste a una reunión de nivel ejecutivo siendo una recién llegada. Y porque tú pagaste el vestido. Tú estás involucrado en este rumor, Daniel. Lo mínimo que puedes hacer es aclararlo.
Los ojos de Daniel brillaron con algo… oscuro.
¿Rabia?
¿Envidia?
¿Orgullo herido?
—No voy a pararme frente a toda la empresa a explicar que lleve a una asistente financiera nueva a una reunión, no tengo porque d