LA GENTE YA ESTÁ HABLANDO DE TI.
Ethan llevaba el móvil en una mano, pero sus ojos verdes no estaban en la pantalla.
Estaban en ella.
Directo.
Sin rodeos.
Amanda tragó saliva.
—Señorita Rivas —saludó él, avanzando hacia el pasillo.
La forma en que pronunciaba su apellido siempre la hacía sentir como si hubiera firmado algo más que un contrato.
—Señor Van Ness —respondió, intentando sonar profesional, como si no supiera exactamente cómo besaba ese hombre cuando estaba contra una pared.
Él echó un rápido vistazo al piso medio vacío y al reloj del pasillo, luego volvió a mirarla.
—¿Todavía aquí?
—Ya iba de salida —dijo, levantando un poco la carpeta vacía que llevaba por costumbre—. Terminé el informe preliminar de la campaña y el resto de pendientes. Solo vine a dejar una copia en el escritorio de Daniel.
Ethan inclinó ligeramente la cabeza, como si la estuviera evaluando de nuevo.
—¿Y también planeaba irse sola, cojeando por todo Brickell a esta hora? —preguntó con calma.
Amanda frunció el ceño.
—No estoy cojeando.
Di