Catalina pasó la noche entera en su habitación, pensando en todo lo que había descubierto. Elena involucrada, su padre a su lado, y el secreto de que era una hija bastarda. No sabía qué hacer — pero en el fondo, sabía cuál era la decisión correcta.
A la mañana siguiente, se vistió con un traje negro elegante y se dirigió al hospital. Santiago estaba sentado en la cama, leyendo un periódico. Cuando la vio, sonrió.
"¿Cómo estás?" preguntó.
"Tenemos que hablar," dijo Catalina, sentándose a su lado. "He visto a tu madre. Y a mi padre."
Santiago notó su voz seria y cerró el periódico. "¿Qué pasó?"
Catalina le contó todo: que Elena había admitido estar con Diego, que su padre había ayudado a cerrar el caso, y que Carlos le había amenazado con decir que era una hija bastarda.
Santiago la agarró por la mano. "No importa si eres legítima o no, Catalina. Eres mi esposa, y te quiero. Y la verdad tiene que salir a la luz — sin importar las consecuencias."
"¿Y tu madre? ¿Tu tío Diego? Mi padre?" p