Luego de la hora restante de vuelo, llegaron a su destino: una isla de la cual Ameline nunca había escuchado ni el nombre.
—Hay islas que realmente no están en el mapa no porque no hayan sido descubiertas o nunca hayan sido mapeadas, sino por intereses personales —le contó Seth mientras abordaban otro auto para conducir a través de la isla—. Esta sería un gran centro turístico, pero es utilizada para que gente importante se esconda, con gran presencia de organizaciones armadas cuidando las costas.
Ameline lo escuchó ceñuda.
—¿Y si algo saliera mal con tu familia… vendrían aquí?
Seth la miró de reojo, sorprendido por su pregunta, pero también intrigado, como si de repente la viera mucho más inteligente luego de soltarle esa cuestión.
—Posiblemente, sí… ¿Ya piensas en el futuro de nuestro hijo, preciosa? No tienes que preocuparte, yo lo protegeré, los cuidaré a ambos.
—Ya te he dicho que no es tu hijo. —Rodó los ojos—. Solo preguntaba por curiosidad… y por Prissy… —Eso no era del tod