Al día siguiente, Ameline recibió la muy emocionada visita de Prissy.
—¡Lini! ¡Mi hermano dijo que te iba a regalar un viaje! ¡¿Es en serio?! ¡¿Vas a poder ir a dónde tú quieras?!
—Sí, y contigo. —Ameline tomó sus manos con emoción.
—¡¿C-conmigo, en serio?! —Se sonrojó, maravillada—. Pero ¿y tus amigos?
—Iremos los cuatro, si tú aceptas, claro, podemos planear el viaje juntas y luego le preguntamos qué opinan.
—¡Es genial! Aunque yo no terminó la escuela aún, pero… oh, bueno, puedo faltar una semana, no creo que haya problema, je, je. —Rio con nerviosismo—. Pediré la tarea.
—Eres muy responsable, eso me alegra mucho. —Pellizcó una de sus mejillas con cariño—. Bien, entonces, ¿dónde quieres ir? Yo nunca he viajado, así que… si conoces un lugar lindo, estoy abierta a sugerencias. —Se sentaron en un sofá de la gran habitación de Ameline.
—Oh, vamos, no me preguntes a mí qué quiero, tiene que haber un lugar al que tú quieras ir, ¿nunca te llamó la atención nada por televisión?
—Bueno… el