Emma sonrió con satisfacción al volver a escuchar la grabación que hizo de la pelea de Seth y la zorra de Ameline Brooks.
—Esa perra no tiene oportunidad de convertirse en la señora Rinaldi… ese puesto le pertenece a usted, señorita Mindy. —Emma sonrió con dulzura al ver a su ama, la persona a la que más lealtad le tenía en esa casa: Mindy Evans.
—Eso espero, pero Seth está demasiado encaprichado. —Mindy se paseó de un lado a otro en su habitación asignada, una que era de las más hermosas de la mansión, pero Seth se había atrevido a darle a Ameline la mejor de todas—. Es una zorra que se embarazó de algún vago y solo porque la desfloró cree que el bebé es suyo, ¡qué terco!
—Debe tener paciencia, señorita, pronto él se enterará que el bastardo no es suyo y la desechará.
—Hmm, no me gusta que esté centrando toda su atención en ella cuando yo tuve que usar mi boleto como sobrina de Rosalyn para que me dejen vivir en la mansión, y estaba al borde de convencer al Sr. Caleb para que me per