Capítulo 55. Te necesito
—¡Mierda! —exclama Nala, con los ojos desorbitados—. ¿Estamos rodeadas de hombres lobo o qué?
Aria, sentada en el suelo de su habitación con el teléfono apoyado contra la oreja, deja que el eco de esas palabras se asiente unos segundos antes de responder. Su voz es baja, pero cargada de certeza.
—Según el informe que me envió Thane, hay más de ciento veinte manadas diferentes solo en Europa —dice—. Y sí, es seguro que en la ciudad nos hemos cruzado con cientos de ellos sin siquiera imaginar que no eran humanos. Ahí estoy yo también.
Nala camina de un lado al otro, al otro lado del teléfono, como si Aria pudiera verla. Es fácil imaginarla así: con el ceño fruncido, los brazos agitados, las manos alzadas al cielo como si fuera a lanzar todo por la ventana.
—Qué fuerte, Aria… —murmura al fin, bajando un poco el tono—. Todo esto es una locura. ¿Y qué vas a hacer? Bueno… dijiste que te llamas Lyssara. No sé si puedo seguir llamándote Aria.
El nudo en la garganta de Aria se aprieta con dulz