Desde el punto de vista de Isabella
Ya entrada la noche, después de compartir toda la información con el equipo, se dirigieron al hotel de la empresa, donde ya había habitaciones reservadas para todos.
Sofía lanzó una mirada traviesa a los chicos, con esa sonrisa que solo ella podía hacer cuando algo se le cruzaba por la mente. Las chicas estaban agotadas, pero sabían que esta etapa era solo el inicio de lo que vendría. Tendrían dos horas y media para descansar y prepararse antes de la recepción. Una a una, las habitaciones se fueron cerrando tras ellos.
Isabella estaba entrando a la suya cuando lo sinti&oacut