Advertencia de contenido para mayores de 18 años: Este capítulo contiene escenas explícitas de contenido sexual y lenguaje emocional intenso. Lectura no recomendada para menores de edad.
Punto de vista de Rocío
El calor del fuego crepitaba en la chimenea. Yo dormía envuelta en la camisa de Damien, sobre el sofá grande y mullido. Había caído rendida, extenuada por el frío, el miedo y por todo lo que la vida me había arrebatado… hasta ahora.
Cuando abrí los ojos, el primer rayo de sol se colaba por los ventanales de la mansión. El silencio era dulce. El ambiente, acogedor. Y él estaba ahí.
Damien, sentado en una silla frente a mí, con un libro en la mano, me observaba con devoción. Sus ojos azules no eran una amenaza, sino un refugio. Sentí cómo mi corazón latía con suavidad, como si mi alma supiera que ya no tenía que escapar.
—¿Dormiste bien? —preguntó, dejando el libro a un lado.
Asentí lentamente.
—No recuerdo la última vez que dormí sin tener pesadillas.
—Me alegra haber sido parte