En la Fiesta
La recepción era digna de una noche legendaria. Luces cálidas iluminaban las columnas del gran salón, mientras la música suave acompañaba el murmullo de las conversaciones, copas chocaban con discreción y las miradas se cruzaban con intenciones ocultas.
Sofía, Rocío e Isabella descendieron las escaleras casi al mismo tiempo. Había algo casi coreográfico en sus pasos: tres mujeres jóvenes, poderosas a su manera, envueltas en elegancia y secretos.
Sofía vestía un vestido esmeralda de terciopelo ceñido, con una espalda abierta que dejaba ver apenas la curva de su columna, con el cabello suelto, y maquillaje especia