Punto de vista de Rocio
Damien subió lentamente por el cuerpo de Rocío, besando cada lágrima que aún bajaba por sus mejillas. Ella lo miró a los ojos, sin miedo, con la respiración entrecortada, y le acarició la nuca con ternura.
—Quiero que sigas… Quiero que estés dentro de mí… Quiero sentirte, Damien. A ti.
Él asintió, su mirada se humedeció al verla tan abierta, tan frágil… y tan valiente.
—Vamos despacio. Solo cuando tú estés lista.
Rocío se abrió para él, moviendo sus caderas. Damien la acarició con