Punto de vista de Sofía
Después de una larga ducha, entr a mi habitación del hotel. El vapor todavía flotaba en el aire, acariciando mi piel mientras caminaba hacia la cama envuelta solo en una toalla.
Me dejé caer sobre las sábanas, agotada, con la cabeza hecha un caos. Cerré los ojos por un instante, intentando calmarme, pero sentí cómo el colchón se hundía a mi lado. Unas manos suaves me tocaron con ternura.
Abrí los ojos lentamente y los encontré: Lucas, sentado junto a mí, con esa mirada que siempre me hacía sentir segura. Jason estaba al otro lado, observándome con preocupación.
—Tenemos que contarte algo —dijo Lucas, su voz grave y tensa.
—Es sobre Isabella —añadió Jason—. Hoy los trillizos fueron a buscarla. La encontraron… muy vulnerable.
Me incorporé lentamente, aferrándome a la toalla.
—¿Qué hicieron esta vez? —pregunté, con el corazón en un puño.
—Nada físico —contestó Lucas, aunque su mandíbula apretada decía otra cosa—. Pero verla así… nos partió el alma. Max llegó justo