Capítulo 8
Por la noche, ya de vuelta en su estudio, papá seguía terco con su idea de que yo me había escapado.

Para confirmar su hipótesis y dar conmigo, hasta se puso a revisar él mismo las cámaras de seguridad de la casa.

En la mansión no hay cámaras adentro de los cuartos, pero afuera están por todos lados, no se escapa ni una esquina. Todo lo que entra o sale queda grabado.

Las grabaciones eran claras: el día que me encerraron en el cuarto, no volví a salir jamás.

—¡Eso no puede ser!

Papá no lo aceptaba. Lleno de rabia, estrelló el portátil contra la pared, éste se rompió en pedazos.

—¡Chiara seguro arregló estas imágenes! ¿No era tan lista para los estudios? No me extrañaría que supiera hacer eso…¿Cómo pude tener una hija tan rebelde?

Después de gritar, seguía igual de furioso. Agarró el cenicero de la mesa y también lo lanzó.

Justo ahí, Darly entraba con un vaso de leche en la mano.

Se asustó tanto con el ruido que se le cayó el vaso y se rompió contra el suelo.

Papá reaccionó inmediatamen
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