Capítulo 30.2
Ryan llega a una casa grande, rodeada por un hermoso jardín donde un enorme árbol se yergue a su derecha y le da sombra a gran parte del patio y al frente de la vivienda.

—¿Ryan? —espeta Arel sorprendido—. ¿Sucede algo?

El chico respira hondo y se frota las manos en los muslos, para secarse el sudor con el pantalón de vaquero.

—No... —Se relame los labios—. Sé que es raro que yo los visite por mi cuenta, pero vine por cuestión de negocios.

—Oh... —Arel lo mira con intriga—. ¿Qué tipo de negocios?

El chico se rasca la cabeza y sonríe con timidez.

—Escuché que Clara está vendiendo perfumes... —Se relame los labios una vez más—. No sé si sabe que mi hermana encontró a su mate y ellos...

Arel asiente con tristeza.

—Sí, lo sé —contesta con obviedad.

—Lo siento, yo...

Arel sonríe con ternura y mueve las manos para restar importancia.

—No tienes que disculparte, son cosas que pasan. Pero, entra. —Le extiende el brazo y le hace espacio para que Ryan cruce el umbral—. ¿Te gustaría beber algo? ¿
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