—Dinora, hermosa, sé que eras más que una clienta para Gio. Es probable que él te haya hablado acerca de su viaje.
La mujer de cabello negro, peinado en una coleta larga y elegante; mirada celeste, cuerpo delgado y nariz respingada, apaga el cigarrillo en el cenicero y sonríe maliciosa. Su labial rojo le regala un aura sensual, al igual que su vestido blanco, pegado al cuerpo.
—Víctor, querido, la única relación que tenemos mi bello Giovanni y yo es la de dar y recibir. Fuera de ahí, no poseemos ningún lazo. Pero tú eres su tío y jefe; deberías saber más que yo acerca de su viaje.
—Ese pillo se fue sin decirme nada y me dejó el trabajo botado. ¿Sabes cuántas clientas he perdido por su culpa? —dice con expresión molesta mientras aprieta los puños.
—Es que mi bombón relleno de caramelo es lo mejor que tiene esta agencia. Mi Gio hermoso... Espero que regrese pronto, ya me dieron ganas de él.
—¿De verdad no sabes dónde está? —La mira con recelo—. Te aprecio mucho y eres mi mejor clienta,