Lilibor es una pequeña ciudad rodeada por el mar. A simple vista parece pacífica, un lugar tranquilo donde las fachadas coloridas y los saludos cordiales engañan al forastero. Pero detrás de esas sonrisas se esconden chismes venenosos, miradas inquisitivas y una sociedad conservadora que dicta cómo deben comportarse todos. En especial, las mujeres.De ellas se espera silencio, recato y sumisión. No hay espacio para sueños grandes, ni para deseos que contradigan las reglas. En cambio, los hombres gozan de privilegios que nadie cuestiona: llevan las riendas, sus deseos bajos se ignoran y con ellos reinan el machismo, las apariencias y la doble moral.En las afueras de Lilibor, rodeada de árboles robustos y un jardín cargado de flores, se levanta la casa de los Lauren. La madera pintada de colores alegres parece un espejismo de lo que en verdad ocurre dentro.Allí vive Katerina, la hija mayor. Su refugio es el jardín, porque entre las buganvilias, lirios y rosas que ella misma sembró pue
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