—Katerina, ¿por qué no hemos recibido el dinero del mes? —La voz de su hermana suena molesta a través del teléfono.
Katerina suspira con hastío y se aclara la garganta antes de contestar.
—Tuvimos un problema en el sistema de finanzas, por lo que hubo un retraso en todas las transacciones de este mes.
—¿No podías mandarlo tú? ¡Sabes cómo necesitamos ese dinero! No se puede ser tan desconsiderada.
Katerina resopla ante la ignorancia de su hermana, pero no tiene ánimo para discutir.
—¿Cómo está mamá? ¿Sigue enferma? —cambia el tema a uno que realmente le interesa.
—Ella está bien, pero le urge el dinero.
—Entiendo, te prometo que llegará pronto. ¿Y cómo están los mellizos? Supongo que ya terminarán la secundaria. Me gustaría traerlos a la ciudad para que asistan a la universidad.
—Katerina, ¿cuándo enviarás el dinero para decirle a mamá?
La tristeza la invade al sentirse sola, puesto que a ellos solo les importa el dinero que pueden obtener de ella.
—Haré todo lo posible para que les ll