Aquel día después de que el cuerpo fuera recogido y a petición de la reina enterrado como fuerte de sepulcro, Nysa no permitió que las niñas que habían sido esclavas sexuales continuarán en esa casa. Por lo que, compartiendo carruajes y caballos, fueron llevadas la manada, escoltadas y enviadas al palacio.

Ella junto con un pequeño grupo de hombres, como Reed de acompañante se quedaron acampar, en una reserva privada.

Según los locales había una pequeña villa que antes había perteneció a un Lord, pero ahora estaba abandonada.

La mansión permaneció de espaldas mientras ellos con tiendas disfrutaban del frío nocturno.

La Luna con estrellas al rededor trajeron a los fieles creyentes de la Luna lo que conllevaba acampar en ese lugar, sentían que el planeta era el ojo de su diosa.

Observándolos atenta a cada movimiento, por su brillo, se iluminó la noche, por su fuerza se perpetuo el dolor de la reina.

Mientras sus hombres disfrutaban de aquella buena noche entre historias y una buena cena