Gisela sabía que Josefa la despreciaba por no haberle dado un nieto antes. Por eso había comprado un test de embarazo falso, planeando humillar a Ricardo en la fiesta. Pero no esperaba que Sebastián, a quien Samuel había invitado, realmente apareciera.
Hacía una semana, en el baño de un club, le había jurado a Sebastián que no estaba embarazada, y ahora había una prueba de embarazo, así que él podía pensar que ella estaba jugando algún truco. ¡Qué mala suerte!
Josefa asintió sonriendo: —Sí, acabo de enterarme de que está embarazada, ¡es una gran felicidad! Esta que está sentada a tu lado es mi nuera, Gisela.
Al notar que Gisela mantenía la cabeza baja, Josefa la pellizcó disimuladamente. —¿Qué te pasa? ¡Saluda! Es el tío de Ricardo.
A Gisela le dolía un poco y tenía que levantar la vista. Se puso intranquila al encontrarse con los ojos fríos de Sebastián, pero saludó con calma:
——Mucho gusto, he oído mucho de ti, y hoy te veo por primera vez.
Sebastián alzó una ceja. —Curioso, siento q