Capítulo 66. Cueste lo que cueste
La tensión en la oficina de Steven era palpable luego de que el presidente del partido republicano abandonara la sala, dejando un silencio incómodo a su paso. Sasha, con el ceño fruncido y los brazos cruzados, entró a la habitación apenas unos segundos después de que la puerta se cerrara detrás de él. —¿Estás bien, Steven? —preguntó Sasha con una voz llena de preocupación mientras se acercaba lentamente hasta él. Steven esbozó una sonrisa forzada, tratando de disimular la ansiedad que lo invadía. —Sí, Sasha, estoy bien. No te preocupes — le dijo y la tomó de los brazos para darle un beso agridulce. Cuando sus labios se separaron, los ojos azules de ella recorrieron el rostro de él, buscando alguna señal de que algo estaba indudablemente mal. —No me mientes, ¿verdad? Digo, esos hombres no parecían felices y Nat dice que “ese” — dijo de modo elocuente — era el presidente del partido republicano…— sin contar con que también había estado escuchando el tramo final de la conversación desde