Finalmente, Sasha regresó al auto con algunas bolsas de ropa y otras cosas en las manos. Steven abrió la puerta del auto para ayudarla a guardarlas, pero antes de que pudiera decir algo, Sasha lo detuvo con una mirada seria. — Steven, necesitamos hablar — dijo Sasha con determinación en su voz —.Hay algunas cosas que necesitamos resolver si queremos seguir adelante juntos — le dijo con firmeza aunque por dentro se sentía como un flan a punto de desarmarse. Steven asintió, sabiendo que no podía evitar más tiempo enfrentar las difíciles conversaciones que tenían por delante. — Está bien, Sasha. Hablaremos al llegar a la casa— dijo con una confianza que no sentía en lo absoluto y ambos subieron al auto. El viaje de regreso transcurrió en silencio nuevamente, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Al llegar a la casa, Steven estacionó el auto y apagó el motor, pero ninguno de los dos se movió para salir. El momento de enfrentar la verdad había llegado, y ninguno estaba seguro de por