Olivia salió de la oficina de Norman con el corazón latiéndole con fuerza y las piernas temblorosas. Apenas podía creer lo que acababa de escuchar. Nathan. Todo este tiempo había pensado que el bebé que llevaba en su vientre era de Norman, pero en realidad era de su hermano gemelo. El nerd tímido al que siempre había rechazado..Un escalofrío la recorrió de cuerpo entero, aún no podía creerlo y el impacto era tan fuerte que apenas si podía respirar. Encendió el auto con manos temblorosas y pisó el acelerador sin rumbo claro en su mente. Pero, poco a poco, su confusión dio paso a la furia. Tenía que enfrentarlo. Tenía que saber la verdad. Nathan trabajaba en la clínica de fertilidad Sandman, que había fundado su propio padre. Sabía exactamente dónde encontrarlo. Así que allí se dirigió con las manos temblorosas aferrando el volante. El tráfico se sentía eterno, cada semáforo rojo avivaba su ansiedad. Su mente era un torbellino de preguntas sin respuesta. ¿Cómo había sido posible? ¿Y por