El sol de la tarde acariciaba el jardín con una calidez agradable mientras la familia disfrutaba de la sobremesa. Se habían juntado todos para comer, pues Steven había vuelto con Sasha de luna de miel, así que estaban en casa de los padres de Steven, con sus hijos, más Olivia y Ekaterina. Norman. que también fue invitado,y Kat se habían sentado alejados pero para cualquiera que lo pudiera ver la tensión entre ellos era palpable. La risa de Nat, la hija de Steven y Sasha, resonaba mientras corría entre los adultos, ajena a las conversaciones de los mayores, que ya habían comido. En una mesa cubierta con un mantel blanco, aparte, los postres estaban dispuestos en una presentación impecable: tartas, frutas frescas y pequeños bocadillos dulces. Norman, dado que el dulce era una de sus pocas debilidades, se acercó y se sirvió una porción de tarta de manzana con gesto distraído, concentrado en la tarea de seleccionar el mejor pedazo cuando una voz femenina lo sacó de sus pensamientos. —Habl