Capítulo 2. Perra
Diez años después
Ximena se adentró con disimulo en el lujoso camerino privado de Sasha, la única bailarina del club nudista que contaba con su propio espacio separado del resto de las demás , así de importante era ella en ese lugar. Con un suspiro para darse ánimos, sus ojos se pusieron a escudriñar el lugar en busca de algo entre los diferentes trajes y accesorios que pudiera irle a la pequeña Kayla, cuando la voz de Sasha la interrumpió preguntándole qué estaba haciendo allí, de mal modo. — Se puede saber qué carajos haces con mis cosas — le dijo erguida como una reina, aunque salvo sus bragas, estaba completamente desnuda. Su piel brillante y reluciente por los productos que usaba para dar sus requeridos espectáculos. Ximena, tratando de congraciarse, le respondió temblorosa: — Es que el jefe ha ordenado que Kayla se prepare para el ruso Starov. Él la pidió... El nombre de Kayla sorprendió a Sasha. — Que extraño que haya aceptado la sirvientita...esa zorra siempre pudorosa siempre