POV Elena
La decisión de mantener distancia era lo único que me quedaba. Carlos era un hombre comprometido, y yo iba a respetar eso, a pesar de la corriente invisible que me hacía perder el control de mis pensamientos, todo debía quedar enterrado en la racionalidad.
O al menos eso intentaba repetirme cada noche. Pero los sueños no obedecen a la voluntad.
Esa noche volvió. No el Carlos de ahora, sino el otro, el de otro tiempo, el que ya había amado antes.
** Marruecos 1946*
El aire olía a menta y a madera húmeda. Estábamos en Marruecos, en una pequeña pensión de paredes ocres y cortinas color granate que dejaban pasar apenas una línea de luz del farol exterior. Era una época extraña: la guerra había terminado hacía poco y todo olía a cambio, a miedo y deseo al mismo tiempo.
Nos habíamos refugiado allí, lejos del ruido, de las ciudades en ruinas, de los recuerdos que pesaban demasiado. Él me esperaba en la habitación, de pie junto a la ventana. La camisa blanca arremangada,