Me desperté sobresaltado al oír el ruido de una bolsa, al abrir los ojos vi a Alan tomando algo de la bolsa de comida, me sonrió.
—Buenos días, Romeo, gracias por la comida, está rica, guardé algo para ti.
—Buenos días, gracias, pero no hace falta.
Moví la vista por la habitación, se abrió la puerta del baño, Caroline salía de allí amarrándose el cabello en una cola alta, miré hacia la cama de Lucy, estaba sentada viendo concentrada algo en el teléfono de Caroline.
—Buenos días, no quise despertarte —dijo Caroline sonriéndome.
—Gracias por no hacerlo, pero ahora me duele la espalda.
Nos reímos, Lucy apartó la vista del teléfono.
—Hola, ¿y Ximena? ¿A qué hora llega? ¿Dónde está Ana?, me enfermé y ninguna vino.
Me eché a reír.
—Buenos días, princesa, ya llamo para que las traigan.
—Sí, qué bueno, por fin —grito emocionada.
Miré a Caroline.
—Supongo que está mejor.
—Solo espero a la doctora de turno para que le dé el alta, me confirmaron que está todo bien.
Llamé a casa para preguntar por