La voz de Erick distrajo a todos, haciendo que las miradas inmediatamente se dirigieron a la puerta advirtiendo la presencia de los visitantes.
- Presidente. – Saluda Sofia primero sin ocultar la sonrisa que se formó en sus labios al verlo tan guapo como siempre allí parado en el marco de la puerta con esa postura firme y elegante que siempre tenia, pero chocar su mirada con la de su esposo parecía que este no estaba de muy buen humor, pue su expresión era severa y su mirada seria, sin embargo, fue rápidamente remplazada por una más dulce al verla.
- Espero no estarlos interrumpiendo. – Comentó manteniendo un tono neutro mientras ingresaba a la sala.
- Por supuesto que no. – Intervente Julián poniéndose de pie para extender su mano hacia Maximiliano con una pequeña sonrisa cordial. – Es un honor para nosotros poder reunirse en persona con el presidente Montenegro, sus grandes logros lo anteceden. – Dice al tener al frente al hombre que más odia en el mundo quien ha