- ¿Qué haces aquí? – Interroga Julián entre enojado y preocupado.
- ¿Qué más?, venir por ti. – Respóndelo mirando a su hermano, Emilia le había contado todo lo sucedido y lo que su hermano había hecho en ese tiempo.
- Tu estas convaleciente, hace apenas unos días que despertaste. – Dice completamente alterado Julián. No puede creer que esas dos mujeres sean tan imprudentes. - ¿Por qué la trajiste? – Se dirige ahora a Emilia que es quien empujaba la silla de ruedas
- No le digas nada, yo la obligue. – Silvia es quien responde. – Ya, luego hablamos. – Dice para girarse hacia Maximiliano, sintiendo que hacía mucho que no lo veía, pero al mismo tiempo viendo que seguía igual de guapo que siempre y que su corazón aun palpitaba por ese hombre, aunque ya en menos proporción, ya tenía claro que no tenía ninguna posibilidad menos al ver a la hermosa mujer que estaba a su lado tomando su brazo. – Tanto tiempo sin verte. – Sonríe.
- Silvia. – Murmura Maximiliano.
-