Mientras Maximiliano se encontraba en una completa encrucijada la conversación que se llevaba a cabo en un elegante cuarto de hospital, despejaba muchas dudas y cargaba más de culpa al guapo hombre que tomaba con cariño las manos de su hermanita.
 -       Hermosa más de dos años de agonía, no sabes cómo te extrañe. – Expone con grandes lágrimas en sus ojos Julián.
 -       Siento mucho haberlos preocupado. – Dice Silvia con la voz ronca, pues apenas el día anterior acaba de despertar.
 -       Está bien, no es tu culpa hermosa. – Expresa Julián dejando un tierno beso en su frente. – Si no de él imbécil de Maximiliano Montenegro. – Agrega con ira contenida.
 -       Tampoco es culpa suya hermano, fue un accidente. – Expone Silvia esperando que su hermano no responsabilice a ningún inocente, menos a Maximiliano.
 -       No lo defiendas. – Espeta molesto Julián.
 -       No lo defiendo solo digo la verdad, ese día fui a verlo por mi propia voluntad, él no me cito ni nada por el estilo. –