Mundo ficciónIniciar sesiónEl silencio que siguió a la revelación de Kael fue más ensordecedor que cualquier grito, Elara sintió un escalofrío helado, una mezcla de terror y furia, Kael no solo la había creído capaz de traicionarlo, sino que había estado manipulando su medicación y su salud, en secreto, para asegurar su embarazo, la "protección" que había quemado no era la única dosis que existía, pero era la única que ella podía obtener sin levantar sospechas.
"Tú... tú sabías," murmuró Elara, retrocediendo un paso. "Sabías que Serena sabía, y aun así, me dejaste creer que me habías encarcelado por celos y por un vídeo falso ¡Me manipulaste! No para concebir, sino para depender de ti y de tu control."
Kael se mantuvo impasible, su rostro un bloque de hielo, pero sus ojos azules reflejaban una tensión visible "Mi deber es con Orion Corp y ahora, con mi heredero, no podía arriesgarme a que una mujer con una condición psiquiátrica inestable, por muy brillante que fuera, controlara el destino de mi empresa, no es traición, Elara, es estrategia."
"¿Y qué estrategia es esa? Dejarme desprotegida y embarazada, a sabiendas de que mi hermana tiene la clave para activarme," Elara se tocó la sien, el hipercontrol sensorial golpeando de nuevo, podía sentir la vibración del motor de un coche en la calle a dos kilómetros y oler el metal de los alfileres en la camisa de Kael, la falta de control la hacía sentir al borde del colapso.
"Serena ya no tiene poder," replicó Kael con firmeza "Tu 'habilidad' de anoche se aseguró de eso, su alianza con Thorne está rota, su dinero, desaparecido, están ocupados cubriendo sus propias deudas y escándalos, ahora concéntrate en tu salud y en nuestro trato."
"¿Nuestro trato? ¡Lo rompiste al mentirme y manipularme!"
"El trato es un heredero a cambio de tu venganza, ambos puntos se están cumpliendo y si te mentí, fue por tu propia seguridad," Kael se acercó y la tomó suavemente del mentón. "Serena te usaría para destruirnos a ambos, yo te usaré para salvarnos a todos, de ahora en adelante, no te atrevas a tocar la mesa de noche, yo controlaré tu medicación, lo haremos juntos, Elara, pero lo haremos."
Elara apartó la mano con una brusquedad sorprendente, sorprendiendo a Kael. "No me controlarás, si ya no tengo la medicina, encontraré mi propia forma de estabilizarme, te demostraré que puedo ser fuerte y madre sin ser tu prisionera y cuando nuestro hijo nazca, te dejaré, te haré sufrir por esta manipulación."
A la mañana siguiente, Kael apareció con su médico personal, no un ginecólogo, sino un especialista de élite en medicina integral, Elara se sometió a los exámenes con una frialdad profesional, no le importaba si Kael sabía de su embarazo, solo le importaba el poder que le daba.
La confirmación llegó rápido: Elara estaba embarazada, el médico también notó los picos de adrenalina y el sistema nervioso alterado de Elara, atribuyéndolo al estrés, Kael despidió al médico con un cheque silencioso y regresó a la habitación, donde Elara estaba de pie junto al ventanal.
"Está confirmado," dijo Kael, con un tono extrañamente formal. "Tendremos un hijo, Elara, sé que te enojé con mi... estrategia, pero debo asegurarme de que no te vayas, no ahora."
"Demasiado tarde, Kael, el daño está hecho, y el resentimiento es un veneno lento, te arrepentirás de haberme subestimado," replicó ella.
Kael se acercó lentamente, su fachada de CEO frío finalmente cediendo ligeramente, el hecho de que ella estuviera cargando a su hijo, su futuro, la hacía vulnerable, pero también lo hacía sentir vulnerable a él.
"Elara, la noche del malentendido, cuando creí que me habías traicionado," comenzó Kael, con la voz áspera. "No solo estaba enojado, me sentí... traicionado personalmente, no por la empresa, sino por la persona, me obligaste a verte de verdad y cuando pensé que ese 'tú' me había abandonado por dinero, actué de forma irracional, me equivoqué."
"¿Un error? ¿Poner guardias y quemar mi medicina es un error?"
"Un error de juicio, sí, no debí haber subestimado tu inteligencia, debí haberte confiado la verdad sobre Serena y las pastillas, perdóname," dijo Kael, era la primera vez que un hombre tan poderoso le pedía perdón por algo genuino.
Pero Elara no cedió, la confianza estaba rota, y el dolor de su manipulación era más fuerte que su naciente culpa.
"El perdón se gana con hechos, Kael, no con palabras," sentenció Elara. "Hasta entonces, solo somos dos extraños compartiendo una cama por un contrato, yo te daré un hijo, pero a cambio, dejarás de controlarme, quiero acceso total a mis finanzas y quiero gestionar las acciones de Orion Corp. que recuperamos, quiero que me trates como una esposa, no como una empleada de incubación."
Kael se quedó en silencio, sopesando su propuesta, era un riesgo enorme, permitir que Elara, a quien aún consideraba emocionalmente volátil debido a su "condición," manejara activos corporativos era una locura, pero perderla ahora, con el heredero en camino, era una catástrofe.
"Acepto," dijo Kael, para sorpresa de Elara "Pero con una condición, toda decisión sobre las acciones debe pasar por mi aprobación final y yo me encargaré personalmente de tu 'estabilidad'. Tendremos sesiones diarias de control, no de vigilancia, sino de confianza."
Kael se acercó y le extendió la mano "Trato de negocios, esposa, desde este momento, empezamos a reconstruir esto, pero solo como socios."
Elara estrechó su mano, sintiendo la intensidad del toque, ella sabía que Kael estaba mintiendo, él ya la veía como algo más que una socia, sus celos en la confrontación anterior lo había delatado.
Mientras Kael la observaba, Elara cerró los ojos, concentrándose, el hipercontrol le permitió sentir la resonancia de las paredes, pudo detectar el ligero eco de una cámara oculta en la esquina de la habitación, no era un micrófono, era una cámara discreta que Kael había instalado tras la confrontación inicial, una prueba de que su "confianza" era condicional.
"De acuerdo, socio," respondió Elara, su sonrisa era dulce y peligrosa. "Pero mi primer acto como co-gestora será contratar a una empresa de seguridad para que elimine cualquier dispositivo de vigilancia de mi suite, empecemos con esa cámara sobre el marco de la puerta, a menos que quieras que la próxima vez que te visite el médico, él también vea nuestras sesiones de 'confianza'."
Kael se quedó de piedra, sus ojos se abrieron ligeramente ¿Cómo lo sabía? La cámara era de última tecnología, indetectable, su 'habilidad' era real.
Kael asintió, derrotado y por primera vez, impresionado.
"Considera que está hecho, pero a cambio, a partir de hoy, nos mudamos a la suite familiar, no puedes dormir sola."
Esa noche, mientras se preparaban para dormir en la gigantesca cama de la suite familiar (ahora sin cámaras ocultas), Elara fue al baño.
Al lavarse la cara, miró el espejo y notó un cambio sutil en sus ojos: un destello de intensidad inusual, un color más profundo, era un efecto secundario de su habilidad, el despertar de su verdadero ser.
De repente, una hoja de papel, doblada de forma minúscula, cayó de su bata de seda, no era suya.
Lo abrió con manos temblorosas, el papel contenía solo tres palabras, escritas con una caligrafía elegantemente femenina:
"Sé de tu condición."
Elara sintió que el aire abandonaba sus pulmones, no era Serena, Serena no era tan sutil y Kael había jurado que nadie más lo sabía.
Si Serena no fue la que le envió la nota, ¿quién más en la mansión de Kael conocía su secreto más oscuro? ¿Un miembro de la familia de Kael que también la estaba manipulando? Y si su identidad estaba expuesta, ¿quién estaba jugando un juego más peligroso: Kael, que la necesitaba, o el enemigo silencioso que la acechaba bajo su propio techo?







