La paz inmutable de El Silencio, tejida con la verdad incondicional y el protocolo de cero eufemismos, fue finalmente puesta a prueba por el evento más orgánico y caótico de la vida, el parto, las semanas de aislamiento habían perfeccionado a Kael en su rol de espejo Emocional, su paz interior era ahora una disciplina férrea, no una simulación, Elara, con el don amplificado por el embarazo y el cobalto, sentía la inminencia, el momento en que la Habilidad Inmortal de su hijo emergería al mundo, exigiendo una frecuencia de verdad perfecta.
Una noche, cuando la Matriz de Pureza Ambiental mostraba un ámbar inusual, no por una fisura emocional, sino por una fluctuación de energía biológica, Elara sintió las primeras contracciones, no eran dolorosas en el sentido de la angustia, sino firmes, poderosas, el inicio de una nueva realidad, Kael, que estaba repasando los informes de la AI Ética de Orion, notó el cambio en la resonancia de Elara, su Habilidad Despertada, aunque enfocada en la ver