—Hola a los dos—. Una voz ligeramente familiar habló desde un lado. Un rápido vistazo y reconocí a la camarera como la última vez que estuvimos aquí. —¿Veo a mi pequeña aquí en una cita?
—Patty—. Cristal gimió. Por un instante pensé que iba a negar que tuviéramos una cita, pero en lugar de eso dijo: —Por favor, no me avergüences.
—No te preocupes, cariño, no te avergonzaré delante de este bombón—. Me di cuenta de que se conocían bien y que a la señora mayor le gustaba bromear con Cristal.
—Soy Alex, encantado de conocerte—. Saludé cortésmente. Después de todo, mi madre educó a un caballero.
—Trata bien a esta, ¿me oyes Alex? —. Su tono cambió a firme mientras hablaba.
—Siempre—. No tenía planes de lastimar a Cristal. He esperado años para esto, no iba a estropearlo.
—Ella es buena.
—Sí que lo es—. Hablé en voz baja mientras miraba a Cristal. Me miraba con las mejillas coloradas pero sus ojos verdes brillaban intensamente. Quería hacerle una foto allí mismo. Cristal era absolutamente i